Plumas, un traje a medida

Introducción
Siguiendo nuestro estilo de entender la ornitología como aficionados, no como científicos, nos adentraremos en un mundo complicado pero apasionante: las plumas de nuestras amigas las aves.
Recientes estudios fósiles han demostrado que en la época de los dinosaurios ya existían animales que poseían plumas. Su utilidad no era la de volar, pero tenían una función similar a los pelos que probablemente tenía la utilidad, como sucede en la actualidad en muchas aves, para cortejar a las hembras.
La evolución de estos animales fue derivando probablemente hacia especies de menor tamaño de hábitos arborícolas que eran capaces de planear de la misma forma que lo hacen en la actualidad las ardillas voladoras o algunas especies de anfibios. A lo largo de millares de años algunas especies desarrollaron las alas y las plumas que hoy en día tan bien conocemos.

Estructura de las plumas de las aves
Las plumas son estructuras queratinosas, al igual que los picos. Se trata de un tejido muerto, lo cual hace que el ave pueda desprenderse de algunas plumas sin sentir ningún tipo de dolor (de hecho periódicamente van perdiendo plumas gastadas para reemplazarlas por nuevas plumas, con más color y todas sus propiedades aerodinámicas y aislantes).
Su estructura es compleja pero fundamental para el desarrollo de la capacidad de volar de las aves, ya que se trata de un material resistente, aislante y ligero.
Denominamos plumaje al conjunto de todas las plumas de un ave. Su función aislante e impermeable hace que las aves se protejan del frío y del agua, con lo que se convierte en un buen regulador de su temperatura. 
Partes de una pluma:
- Cañón: Base de la pluma. Es la parte que se une al cuerpo de las aves.
- Raquis: Estructura central de la pluma. Se trata de una estructura hueca que le da una mayor ligereza.
- Bandera externa y bandera interna (o estandartes): Formados por barbas dispuestas a los lados del raquis. De las barbas salen unas barbillas que pueden engancharse entre sí.
- Margen: Borde de ambas banderas
- Muescas:
- Emarginadura: En algunas especies la parte final de la bandera externa es más estrecha, llamándose esa parte emarginadura.
- Escotadura: Muesca en el final de la bandera interna presente en algunas especies de aves.
- Punta: Parte final de la pluma.

Partes de una pluma


Clases de plumas
- Tectrices: Plumas que recubren todo el cuerpo. Su principal función es aislar las aves de los agentes externos: humedad, frío, ...
- Plumón: Plumas de pequeño tamaño cuya principal función es la de evitar la pérdida de calor corporal.
- Remeras o rémiges: Se trata de las plumas que recubren las alas. A su vez se dividen en primarias (ubicadas en el extremo de las alas), secundarias (situación media del ala, entre las primarias y las terciarias), terciarias (las más cercanas al cuerpo) y coberteras (como su nombre indica, cubren la base del resto de plumas).
- Rectrices o timoneras: Plumas que forman la cola. Su principal función es la de un timón: permiten a las aves virar. En su base encontramos también coberteras supracaudales e infracaudales.
- Filoplumas: Se trata de plumas diminutas (muy similares a los pelos) que aumentan el sentido del tacto de estos animales.

Impermeabilidad
Para unos animales como las aves (o, al menos, para la mayoría de especies), un hecho fundamental es el de poder volar. El vuelo les permite migrar para evitar condiciones meteorológicas adversas, buscar alimento, escapar de depredadores, ... Para el acto de volar, como ya hemos comentado, las plumas son básicas, pero una pluma empapada de agua tiene un peso muy superior al de una pluma seca, por lo que es realmente importante para estos fascinantes animales poder mantener su plumaje lo más seco posible.
Con este objetivo la evolución dotó a las aves de la glándula uropigial: una glándula cercana a la base de la cola que segrega una sustancia grasienta que es recogida y extendida por el cuerpo de las aves, con la acción que llamamos a menudo acicalarse. Esta sustancia es un aceite compuesto por ceras (llamadas uropigioles).
No todas las aves presentan esta glándula (aunque sí la mayoría de ellas). Algunas excepciones pueden ser grandes aves terrestres como el avestruz y el emú, o una especie presente en parte de nuestro país como es el Avutarda (Otis tarda).

Coloración del plumaje: funciones
Como todos habréis podido observar, existe una gran variedad de coloraciones en las plumas de las aves. Estas variaciones pueden tener múltiples utilidades, y pueden ayudarnos a diferenciar distintos ejemplares:
- Cortejo: En muchas especies los machos tienen colores llamativos para atraer a las hembras (en algunos
casos, pero, son las hembras las más llamativas).
- Camuflaje: Un plumaje críptico permite a un buen número de especies ocultarse en su hábitat para evitar ser depredadas o incluso para evitar la depredación de sus nidos. Otras especies poseen en invierno un plumaje de tonos blancos que les permiten ocultarse en la nieve que ocupa en esta época su hábitat.
- Aviso: Algunas especies tienen colores que no les camuflan, pero pueden advertir que se trata de animales agresivos o con algún tipo de defensas (mal sabor, olor fétido, ...).
- Distracción: Como sucede en los bancos de peces, al volar un gran número de aves juntas los depredadores pierden precisión. Es frecuente que la coloración de las especies que vuelan en grandes bandos sea distinta por la parte ventral que por la parte superior, lo que al virar hace un efecto que no permite a sus atacantes centrarse en un único objetivo, lo que les dificulta mucho la caza.

Escribano nival (Plectrophenax nivalis), una especie que se camufla en invierno perfectamente entre la nieve - Fotografía de: José Miguel Grande

Perdiz roja (Alectoris rufa), una especie con un buen camuflaje - Fotografía de: José Miguel Grande

Avutarda (Otis tarda), una especie que advierte de su mal sabor - Fotografía de: José Miguel Grande

Gorrión común (Passer domesticus) - Fotografía de: José Miguel Grande

Chorlito carambolo (Charadrius morinellus) camuflado perfectamente en su entorno - Fotografía de: José Miguel Grande

Autillo (Otus scops) perfectamente camuflado - Fotografía de: José Miguel Grande

Macho de ánade azulón (Anas platyrhynchos), de coloración mucho más llamativa que las hembras - Fotografía de: José Miguel Grande

Macho de Cernícalo patirrojo (Falco vespertinus), de coloración muy distinta a la de las hembras - Fotografía de: Ricardo Rodríguez


Coloración del plumaje: variación
Llamamos muda a la renovación de plumas de las aves. Esta acción se realiza de forma periódica para adquirir la coloración de los adultos, para recuperar el color en la época nupcial y para renovar las plumas desgastadas (que ofrecen un menor aislamiento y una menor aerodinamicidad).
En un  mismo ejemplar podemos observar básicamente dos variaciones de coloración de su plumaje a lo largo de su vida (aunque no tiene porque darse en todas las especies):
- Muda nupcial: Durante la época nupcial algunas especies adquieren tonos mucho más llamativos.
- Muda juvenil: En algunos casos los juveniles presentan coloraciones distintas a las de los adultos (habitualmente más apagadas). El plumaje juvenil puede cambiarse por el de los adultos en una sola temporada o puede presentar plumajes intermedios (lo que sucede, por ejemplo, en la mayoría de gaviotas).

Juvenil de gaviota patiamarilla (Larus michahelis), con un plumaje muy distinto del de los adultos - Fotografía de: Ricardo Rodríguez

Chorlito gris (Pluvialis squatarola) con plumaje nupcial - Fotografía de: José Miguel Grande

Curiosidades
Debemos añadir que en algunas especies (básicamente en aves que acostumbran a alimentarse en los troncos de los árboles) las plumas de la cola (rectrices) son especialmente duras, lo que les permite usarlas como punto de apoyo para ganar estabilidad y precisión.

Musicalidad: en algunas aves, como la Agachadiza común (Gallinago gallinago), las plumas permiten también la emisión de ciertos sonidos cuando pasa el viento entre ellas.
En el Autillo (Otus scops), como sucede en otras rapaces nocturnas, podemos observar algunas plumas en forma de "orejas", aunque nada tienen que ver con el sentido del oído.

Ejemplar de Agachadiza común (Gallinago gallinago), cuyas plumas emiten algunos sonidos cuando pasa el viento entre ellas  - Fotografía de: José Miguel Grande

Ejemplares de Pico picapinos (Dendrocopos major) cuyas plumas rectrices sirven de punto de apoyo - Fotografía de: José Miguel Grande


Artículo realizado por: José Miguel Grande & Enric Pàmies

Bibliografía:
- DE JUANA, Eduardo / VARELA, Juan M. (2000) - Guía de las aves de España. Península, Baleares y Canarias. Lynx Edicions, Barcelona.
- JUTGLAR, Francesc / MASÓ, Albert (1999) - Aves de la Península Ibérica. Editorial Planeta, Barcelona.