- Patas para cazar: Las aves rapaces poseen patas fuertes y con grandes garras, puesto que su objetivo es sujetar su presa fuertemente desde su primer intento, además de poder desgarrarla con facilidad para comérsela.
Imagen de un cernícalo |
- Patas para correr: Existen bastantes especies de aves de hábitos muy terrestres, y en estos casos la principal función de sus patas es la de poder correr a gran velocidad. En estos casos observamos patas relativamente largas y fuertes.
Avutarda |
- Patas para trepar: En algunas especies forestales las patas tienen una clara utilidad: poder sujetarse bien a los troncos de los árboles para poder comer insectos de las cortezas o incluso para hacer un nido agujereando un tronco. En este caso se necesitan patas pequeñas con uñas finas pero fuertes, que permitan sujetarse firmemente a las pequeñas irregularidades de los troncos.
Trepador azul |
- Patas para mantenerse sin problemas sobre las ramas: La gran mayoría de aves pasan gran parte de su tiempo en las ramas de los árboles, por lo que presentan patas delgadas pero fuertes que les permitan sujetarse sin problemas.
Carbonero común |
- Patas para andar sobre vegetación flotante: Algunas especies acuáticas necesitan poder caminar sobre plantas flotantes o sobre vegetación muerta (juncos, ...). Este tipo de patas se identifican por tener unos dedos realmente largos que les permiten distribuir su peso en una mayor superfície.
Calamón |
- Patas para remar: En especies acuáticas que pasan la mayor parte del tiempo flotando observaremos patas muy palmeadas que les servirán de remo. Claros ejemplos de estas especies son los patos y los cisnes.
Cisne |
- Patas para andar en zonas poco profundas: Los flamencos y cigüeñuelas, por ejemplo, tienen patas muy largas que les permiten andar en zonas de agua no demasiado profundas.
Cigüeñuela (Imagen de Fezave) |
- Patas para zambullirse: En aves que para pescar caen en picado sobre el agua, para sumergirse y coger su presa, observaremos que presentan patas muy pequeñas para evitar que frenen la velocidad de entrada en el agua.
Charrancito |
Texto: Enric Pàmies & José Miguel Grande
Imágenes: José Miguel Grande (excepto la imagen de la Cigüeñuela)