Fotografiando limícolas y aves marinas

Correlimos gordo (Calidris canutus)
Correlimos gordo (Calidris canutus)

Mi nombre es Pablo Fernández Pérez. Nací en Gijón, en 1981, y llevo en esto de la fotografía de naturaleza desde el año 1996, aproximadamente. Año en el que con unos ahorrillos, me decidí a comprar una réflex, aún analógica, junto con un modesto 70-300. La idea no era otra que realizar fotos testimoniales que acompañaran a mis apuntes en las salidas de observación. Con el tiempo, la cámara fue ganando peso respecto a los prismáticos y, allá por el 2002 o el 2003, di el salto a lo digital. Tanto es así que a día de hoy estoy trabajando con una Nikon D7200 y un Sigma 150-500 como equipo principal.

Me gusta fotografiar todo aquello que sea fauna y flora, aunque mi predilección está en los grandes mamíferos y, sobre todo, en las aves. Destacando dentro de éstas las limícolas y las aves marinas. Especialmente, gracias a mi lugar de residencia, Gijón, Asturias, desde donde desplazándome muy poco puedo disfrutar de un buen número de especies de ambos grupos y desde donde también realizamos salidas en catamarán para observar y fotografiar aves pelágicas.

Pero, como todos tenemos algo que nos gusta realizar, más que cualquier otra cosa, dentro de lo que son aves marinas y limícolas me quedo con la fotografía de ésta última familia, mediante lo que llamamos el arrastre (en plan colega), que vendría a ser un tumbi-hide pero sin hide. Es decir, a pelo, sin camuflarse.

El autor fotografiando limícolas en la playa
El autor fotografiando limícolas en la playa

El autor fotografiando vuelvepiedras
El autor fotografiando vuelvepiedras

Trabajar con Limícolas
Paso a contaros mi forma de trabajo con estas aves. En mi zona contamos con individuos de distintas especies de esta familia desde agosto, más o menos, hasta mayo, de forma continuada ya que, además de las especies migratorias que descansan aquí, en los pasos prenupcial y postnupcial tenemos como invernantes, principalmente a los Vuelvepiedras y a los Correlimos Oscuros. Aunque algún invierno tenemos suerte y nos acompañan ejemplares de otras especies, como por ejemplo Aguja Colipinta o Archibebe Claro.

Aguja colipinta (Limosa lapponica)
Aguja colipinta (Limosa lapponica)

Archibebe claro (Tringa nebularia)
Archibebe claro (Tringa nebularia)

Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)
Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)

Chorlito gris (Pluvialis squatarola)
Chorlito gris (Pluvialis squatarola)

El primer paso es escoger un día que amanezca soleado y que la pleamar sea entre las 9 y las 11 de la mañana más o menos. Por qué esta marea? Porque mientras estamos trabajando con ellos la marea está
subiendo, y así se acercan sin desconfiar apenas. Muchas veces incluso se acercan sin problemas, empujados por el agua.

Como segundo paso, llegar a la zona elegida (playa o pedrero) antes de amanecer y observar la zona, para ver qué especies tenemos, por dónde se están moviendo, etc, y después ponerse una ropa adecuada (en mi caso en invierno un neopreno de 4 mm. y, en verano, un simple bañador con una camiseta de camuflaje), preparar el equipo y para abajo.

Y ya, una vez en la arena o las piedras, vendría el tercer paso que no es otro que relocalizar de nuevo las aves, acercarse con precaución y a una distancia determinada, que te marcan los propios individuos (para ello es fundamental conocer los comportamientos de las aves a fotografiar), tumbarse en el suelo y arrastrarse hasta llegar a la distancia deseada, o la de seguridad que nos concedan las aves, que no siempre es la misma.

Correlimos menudo (Calidris minuta)
Correlimos menudo (Calidris minuta)

Correlimos común (Calidris alpina)
Correlimos común (Calidris alpina)

Correlimos oscuro (Calidris maritima)
Correlimos oscuro (Calidris maritima)

Correlimos pectoral (Calidris melanotos)
Correlimos pectoral (Calidris melanotos)

Correlimos tridáctilo (Calidris alba)
Correlimos tridáctilo (Calidris alba)

Correlimos zarapitín (Calidris ferruginea)
Correlimos zarapitín (Calidris ferruginea)

A partir de aquí, ya solo queda disfrutar de sus correteos buscando comida, de sus piques, de sus limpiezas y baños e incluso, porque no, de sus tranquilas pero siempre vigilantes siestas. Eso sí, siempre tendremos que tener en cuenta que nunca debemos primar la fotografía antes que la tranquilidad de las aves. No sería la primera vez que me vuelvo para el coche con la tarjeta vacía porque ese día no estaban tranquilas, y a la mínima se podrían asustar.


Aves marinas
Vamos con la segunda de mis familias favoritas, que son las aves marinas. En este caso el proceso se puede considerar bastante menos laborioso que el de las limícolas ya que, en mi caso, consiste en irme al puerto pesquero que tengo cerca de casa y controlar, si no todos los días prácticamente casi todos. Eso sí, obviamente si queremos conseguir alguna especie rara o menos habitual ha de ser entre septiembre y abril-mayo, en donde ya empezamos a contar con invernantes e incluso con Charranes en paso migratorio, por ejemplo. También existe la posibilidad de apuntarse a alguna salida a la mar, con el objetivo de observar aves marinas en las que, generalmente, obtendremos mejores resultados.

Charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis)
Charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis)

Desde puerto hay que moverse un poco puesto que no siempre están en la misma zona e incluso depende de las especies, ya que unas están a los descartes de los pesqueros y otras, en cambio, están a su aire pescando pececillos en las escolleras, como pueden ser los Cormoranes Moñudos o los álcidos. A partir de la localización de las especies a fotografiar solo nos queda precisamente eso, hacerles fotos a nuestro gusto y criterio. No existe mayor complicación que la que pueda surgir de la identificación de las especies y del conocimiento de sus costumbres e incluso, a veces, horarios. Obviamente también para puerto, recomiendo controlar las mareas, pues a pleamar tendremos el agua y por lo tanto las aves más cerca y con menos ángulo, y así lograremos mejores fotos.

Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis)
Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis)

Colimbo grande (Gavia immer)
Colimbo grande (Gavia immer)

Arao común (Uria aalge)
Arao común (Uria aalge)

La otra opción es la salida al mar. Normalmente en estas salidas se va tirando por popa lo que llamamos chum, o trozos de pescado, para así atraer a las aves. Una vez que empiecen a perseguirnos las Gaviotas hay que estar atentos, pues nos van a empezar a aparecer el resto de aves marinas, especialmente los Alcatraces pero también Págalos y Pardelas de las distintas especies. E incluso, si hay suerte, se puede disfrutar de otros espectáculos marinos como pueden ser los cetáceos, los atunes alimentándose, algún Tiburón, etc, etc…

Alcatraz atlántico (Morus bassanus)
Alcatraz atlántico (Morus bassanus)

Págalo grande (Catharacta skua)
Págalo grande (Catharacta skua)

Pardela capirotada (Ardenna gravis)
Pardela capirotada (Ardenna gravis)

Gavión atlántico (Larus marinus)
Gavión atlántico (Larus marinus)

Gaviota polar (Larus glaucoides)
Gaviota polar (Larus glaucoides)

Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus)
Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus)

Garceta común (Egretta garzetta)
Garceta común (Egretta garzetta)

No quiero despedirme sin agradecer a Enric Pàmies la oportunidad de aparecer en su portal de naturaleza y aprovechar para recordaros a los nuevos fotógrafos que hay que anteponer la tranquilidad de la especie a fotografiar, antes que la foto. No son un trofeo ;)

Artículo e imágenes: Pablo Fernández Pérez
Instagram: @xabalinosbtt
Flickr: https://www.flickr.com/photos/pablo_fernandez/